El trastorno obsesivo compulsivo afecta a cerca del uno por cien de la población, un trastorno de ansiedad que se caracteriza principalmente por la presencia de pensamientos intrusivos, o sea, pensamientos que se dan incluso cuando la persona intenta evitarlos. Se transforman en obsesivos porque el afectado se angustia, se culpa o se censura por tener ese tipo de pensamientos, con lo que piensa una y otra vez en ellos, intentando encontrar una salida a su conflicto mental. Se establece una especie de batalla en su mente por intentar apartar estos pensamientos de la conciencia, o bien por evitar el aumento de la ansiedad que este tipo de pensamiento le genera. A pesar de que la persona lo intenta una y otra vez, estos pensamientos vuelven a aparecer en su conciencia y a generar nuevamente angustia en el paciente. Por norma general son pensamientos profundamente angustiantes y negativos, que pueden adoptar la forma de un determinado conflicto psicológico, para el cual el individuo intenta buscar una resolución intelectual, de modo que entra en un bucle de darle vueltas a la cabeza a un determinado asunto una y otra vez.
En algunas ocasiones se manifiesta asimismo en forma de actos repetitivos, son lo que se denominan actos compulsivos, actos que se realizan de manera repetitiva cuando aparece un determinado pensamiento intrusivo. El motivo por el que se realizan estos actos, es porque el afectado intenta evitar que aumente su nivel de ansiedad como consecuencia de los pensamientos intrusivos. El acto compulsivo es la consecuencia del pensamiento intrusivo, y puede ser una acción física (como por ejemplo comprobar que una ventana o puerta está cerrada correctamente, lavarse las manos, etc…; o bien algo mental tal como repetirse una determinada palabra cuando la persona tiene un pensamiento determinado, o tener que contar hasta cien, o repetirse mentalmente una frase cada vez que mira un objeto determinado, etcétera.
Derrotar al TOC es una ardua tarea. En ocasiones, a pesar de los esfuerzos que realiza el paciente y de la estupenda dedicación del psicólogo o terapeuta, es mucha la gente con este trastorno que no consigue vencerlo; aunque hay muchas otras que sí lo logran porque hay buenas herramientas para ello.